Cuando están en pareja, mujeres y hombres tienen una premisa: saber que no son engañados.
La infidelidad es, por lo general, una de las ofensas más intolerables. Revisar bolsillos, husmear el teléfono celular, buscar aromas de perfumes son algunas de las actitudes más comunes de las personas celosas quienes, tal vez, tengan la respuesta a sus dudas más cerca de lo que creen. Sólo es necesario mirar las manos.
La investigación revelada el año pasado detalla que las personas se dividen en dos grupos, las que están las interesadas en relaciones amorosas a corto plazo y las que buscan vínculos duraderos. A partir de esta conclusión, fue evaluada la forma de las manos, lo que permitió saber que el tamaño de los dedos índice y anular describen características de promiscuidad y de infidelidad.
Tras analizar 1.314 casos, Robin Dunbar, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, y John Manning, de la Universidad de Northumbria, aseguraron que quienes poseen el índice más corto que el anular tienen un mayor nivel de testosterona, lo que se relaciona con una posible tendencia promiscua en la adultez.
En cambio, la extensión similar de esos dedos marcan una propensión mayor a buscar relaciones duraderas, detalla el sitio The Telegraph.
Por lo tanto, para buscar señales de infidelidad ya no es necesario hacer minuciosas investigaciones, ya que sólo bastaría con mirar detenidamente las manos.
Hombres y mujeres por igual
Las características mencionadas no hacen diferencia de género, ya que los investigadores lograron comprobar que tanto la mujer como el hombre tienen comportamientos similares. Para ello, evaluaron las respuestas sobre actitudes respecto del sexo de 575 estadounidenses y británicos y no hallaron cambios significativos, muchos de los cuales dependen de factores como el medio ambiente y las experiencias vitales.