Científicos han desvelado una razón más para darles las gracias a las madres: nuestra inteligencia proviene de sus genes.
Durante mucho tiempo se creyó que la inteligencia procedía tanto de los genes maternos como paternos. Sin embargo, un artículo publicado en Psychology Spot afirma que los niños tienen más probabilidades de heredar la inteligencia de su madre, dado que los genes de la inteligencia se encuentran en el cromosoma X.
«En la base de esta idea están los ‘genes condicionales’, que se comportan de manera diferente en función de su origen. Algunos de ellos funcionan únicamente si proceden de la madre, mientras que el mismo gen, si es heredado del padre, se desactiva», explicó Jennifer Delgado, autora del artículo.
Eso no quiere decir, no obstante, que los genes paternos no ejerzan ningún efecto sobre la inteligencia. Algunos estudios han demostrado que los genes del padre se encargan del sistema límbico, la parte del cerebro responsable del estado de ánimo y del instinto. Ese sistema también controla funciones como el sexo, el hambre y la agresividad.
Por su parte, los genes maternos se encargan del córtex cerebral, la parte responsable de las funciones cognitivas, tales como la memoria, el pensamiento, la percepción y el lenguaje.