Muchos aseguran conocer la puerta del infierno o incluso haber estado en presencia de Satanás, pero en una comunidad de El Salvador aseguran tener pruebas de su existencia.
Resulta que una cueva en una montaña es la protagonista de un misterioso relato, que asegura que el Diablo ha dejado sus huellas.
En las paredes existen figuras parecidas a las de una mano con grandes dedos en relieve, así como un pie y figuras de animales.
Los vecinos cuentan que el lugar se ocupaba para adorar e invocar al Diablo, por lo que cada vez que un hombre hacía un pacto con el demonio, éste plasmaba su huella.
Hasta el momento no existe una explicación científica, pero muchos escépticos no tardarán en hallarla.