Una investigación de la Universidad de Surrey (Reino Unido) ha encontrado pruebas que sugieren que cerrar los ojos y concentrarse ayuda a la memoria. Concretamente, determinaron que los testigos presenciales de crímenes son capaces de dar detalles más precisos cuando cierran los ojos.
Los investigadores contaron con la participación de 178 personas divididas en dos grupos que participaron en dos experimentos diferentes. En el primero se les hizo ver una película sobre un robo y luego se les hizo preguntas al respecto. Eso sí, a un grupo se le pidió que responda con los ojos abiertos y al otro con los ojos cerrados.
Los científicos observaron que aquellos participantes que cerraron los ojos respondieron correctamente a un 23% más de las preguntas, en comparación con quienes se mantuvieron con los ojos abiertos durante el interrogatorio.
Aquí los participantes vieron un programa de televisión donde se relataba un crimen en el que un anciano había sufrido un robo en su casa. Luego se siguió el mismo procedimiento del primer experimento, unos respondieron con los ojos abiertos y otros con los ojos cerrados.
Los resultados, publicados en la revista Legal and Criminology Psychology, revelaron que, igual que en el primer experimento, cerrar los ojos para recordar ayudó a una mejor reconstrucción de los detalles del suceso y a que los sujetos se sintieran más cómodos a la hora de responder a las preguntas.
De esta investigación se desprende que cerrar los ojos ayuda a la construcción de relaciones con los recuerdos de los testigos. Además, establecer una relación de antemano con ellos, es decir, que estén más a gusto, es vital si queremos animarlos a utilizar esta útil técnica durante las entrevistas, afirma Robert Nash, líder del estudio.