Nélson Miguel Amaya, un preso argentino acusado de haber asesinado a su cuñado durante una discusión familiar, fue condenado a arresto domiciliario. Un beneficio concedido por la jueza del caso, al tratarse de un hombre que no tenía antecedentes penales. Sin embargo, Amaya ha protagonizado una insólita anécdota al presentarse en la comisaría para pedir su reingreso en prisión: «Prefiero estar en la cárcel. Quiero que me trasladen», argumentó.
A Amaya no le dejaron cumplir el arresto domiciliario en su propia casa al encontrarse ésta muy cerca de la de su hermana y viuda del asesinado. La mujer pidió que lo mantuvieran alejado. A pesar de que fue él mismo quien escogió como alternativa la casa de su suegra, la convivencia le ha resultado demasiado dura. Tan solo ha aguantado diez días.