Voy a empezar esta reseña por el final. Si eres un fan de South Park, o alguna vez disfrutaste viendo alguna de las temporadas de esta serie de animación, la nota es un 10 y vas a enamorarte de este juego.
De hecho, creo que es el mejor videojuego basado en otra obra de ficción, ya que consigue que pienses que estás disfrutando de una especie de episodio interactivo. El «respeto» con el que se ha tratado a la serie original y la cantidad de guiños incluidos, hacen que este título sea imprescindible para cualquier seguidor de South Park.
Me va a costar hacer un análisis sin hacer spoilers de lo que te espera en este juego surrealista, a la vez que me va a costar igualmente no mencionar la cantidad de obscenidades de alto nivel que incluye en su interior. El juego es aún «más adulto» que la serie, que ya es decir mucho, introduciéndonos en escenas de lo más delirantes. Enciérrate en tu habitación, no dejes que nadie te vea jugar a South Park: The Stick of Truth si quieres evitar tener que dar explicaciones a tus conocidos.
Todo comienza con un clásico dilema, pudiendo elegir entre cuatro tipos de personajes diferentes: Fighter (luchador), Mage (mago), Thief (ladrón) y Jew (judío). Como es de esperar, la personalización es uno de los puntos fuertes de este juego, pudiendo elegir la ropa, complementos, aspecto, etc. de nuestro personaje y retocando cada una de estas características.
Como adelanta el título, el juego gira (entre otras cosas) alrededor de la «vara de la verdad». Una de las marcas características de South Park es satirizar otras películas, lo cual podría llevar a pensar de que se trata una burla de Harry Potter. Nuestra misión es intentar recuperar esta vara de diferentes manos, ya que «quien controla la vara, controla el Universo».
No falta nadie. Todos los personajes importantes de la serie aparecen en algún momento del juego, algo que agradecerán los verdaderos fans. Como dije, no quiero reventarle la sorpresa a nadie, pero por hacer la boca agua te diré que te esperan nazis zombies, abducciones extraterrestres, niños góticos, Jesús, restaurantes de comida rápida con extrañas intenciones y un largo etcétera. La magia de este guión es haber conseguido condensar el universo de South Park en unas cuantas horas de juego.
RPG = Ríete, pero gana
El estilo de juego es el esperado. Tendremos que ir subiendo de nivel para aumentar nuestras capacidades, acceder a nuevas armas, etc. Las batallas son por turnos y sólo podremos contar con un aliado. Dependiendo de cada personaje, tendremos acceso a unas determinadas habilidades específicas: magias, ataques especiales, armas, etc.
En todo el juego se hacen muchos guiños a la influencia de las redes sociales en la sociedad e iremos añadiendo a todas las personas que conozcamos a una especie de Facebook en el que cada dos por tres aparecen nuevas actualizaciones de estado (en la línea de South Park). Además, se hacen bromas continuamente sobre personas famosas reales y su uso de plataformas como Twitter o Instagram.
Otro de los aspectos que me gusta es que nunca te sientes perdido. Nunca. Para los que no podemos jugar intensivamente y acabarlo en un par de días es algo que se agradece, pues en cualquier momento puedes acceder al menú de misiones y ver el desglose (ya que algunas requieren que completes otras). También aparecerá el punto del mapa al que nos tendremos que dirigir, pudiendo transportarnos a puntos específicos con la ayuda de Jimmy Vulmer.
Como siempre, existen una cantidad de misiones secundarias que podremos completar. Desde conseguir invocaciones de personajes famosos de la serie hasta recopilar todos los «Chinpokomones» que están repartidos por el mapa. Completar la historia puede hacerse en no mucho tiempo (quizás unas 15 horas), aunque lo verdaderamente divertido es pasearte por todo el mapa e ir explorando todo lo que te encuentres alrededor.
Locura, tras locura, tras locura
Siempre me ha gustado South Park. Recuerdo la primera vez que vi un capítulo y lo descarada que me pareció su propuesta. En ese momento no supe apreciar la verdadera grandeza de esta serie, capaz de satirizar temas muy serios y servir como medicina para una sociedad (a veces) mucho más enfermiza que sus planteamientos. Algo parecido me pasó cuando inicié este juego, me hizo gracia y pensaba que sería algo «ligero», pero cuando me di cuenta llevaba horas avanzando sin poder parar de jugar para averiguar qué sería lo siguiente.
Si la serie sorprende por su surrealismo, poder introducirse en él es uno de los aspectos ganadores de este juego, consiguiendo arrancarte una carcajada en muchos momentos. Un ejemplo: los pedos son la magia del juego, iremos consiguiendo controlar nuestro esfínter para ir desbloqueando diferentes ataques, los cuales nos ayudarán a romper paredes o despistar a nuestros enemigos.
Otro momento de genios es cuando tienes que visitar Canadá para hacer unas determinadas misiones. Es conocida la «manía» que le tienen a este país en South Park, motivo por el cual el juego se vuelve «pixeleado» y con música de 16 bits mientras estamos en esta zona del mapa. Estos «pequeños» detalles no dejan de aparecer y hacen que quieras seguir avanzando sin cesar para saber qué nuevas locuras están escondidas esperándote.
De todos modos, no nos confundamos. El juego está construido de una manera robusta y será necesario pensar bien qué armas elegimos, qué poderes les asignamos, qué compañero es el más adecuado para determinadas batallas, etc. Esa mezcla es la que hace este juego ideal, sabiendo combinar humor y una buena mecánica a partes iguales. La parte negativa es que quizás te quedes con un sabor de boca agridulce y quieras más, aunque te sobrarán ganas de volverlo a iniciar y elegir otro personaje y revivir de nuevo todo este universo chiflado.
Apagá el celular. Echá a todo el mundo del salón de tu casa y arrancá este juego. Si sos fan de South Park olvidá la nota que estás viendo a tu izquierda y transfórmala en un 10. Pasará mucho tiempo antes de que volvamos a ver un juego tan descabellado, surrealista y a la vez respetuoso con la obra de ficción en la que se basa.
Normalmente, cuando termino un juego me queda esa sensación de «satisfacción» por completar esa tarea y pienso en cuál será el siguiente que ocupará mis horas libres. Tras haber finalizado la historia principal, aún tengo ganas de seguir explorando los rincones del pueblo que me faltan e incluso pienso en iniciar de nuevo otra partida con un personaje nuevo. Esta característica hace que la «duración» se extienda un poco más.