Científicos han encontrado una correlación directa entre el clima y el nivel de delincuencia, escribe la revista ‘Behavior and Brain Sciences’.
Los expertos han inventado el nuevo modelo CLASH clima, agresión, autocontrol de los seres humanos, en sus siglas en inglés, que ayuda a desentrañar mejor la estadística de crímenes y violencia en los países cruzando los datos con las diferencias climáticas.
De acuerdo con el informe, las tasas de criminalidad son diferentes en distintas partes del mundo, pero científicos de la Universidad Libre de Ámsterdam, Países Bajos, han descubierto una regla general según la cual la violencia y la agresión aumentan en función de la proximidad al ecuador.
Según pone de manifiesto el texto, las bajas temperaturas, sobre todo las fluctuaciones de las mismas entre las estaciones, hacen a los habitantes de los lugares más septentrionales escoger un modo de vida más pausado. Las personas que viven más al norte, por tanto, tienden a poner el foco en el futuro más que en el presente y suelen atesorar un mejor autocontrol.
En consecuencia, razonan los científicos, el modo de vida más lento, la orientación hacia el futuro y un rígido autocontrol son factores primordiales para contener la agresividad. Y al revés. A causa del calor, la gente suele vivir más apegada al presente. El clima cálido lleva a un aumento de la agresividad y, por extensión, de la violencia.