Se dice que los magos jamás deben revelar sus secretas. Pero el ilusionista David Copperfield se vio obligado a hacerlo tras recibir una demanda por uno de los actos de magia en sus shows que involucran al público.
Gavin Cox, un británico de 55 años, y su esposa fueron a ver a Copperfield al hotel y casino MGM en La Vegas. Fue seleccionado para participar en uno de sus actor, pero resultó herido; por lo que levantó una demanda en contra del mago y MGM, acusándolos de negligencia y revelando todo lo sucedido tras el escenario en su declaración.
El truco consiste en desaparecer a 13 voluntarios del público que eran seleccionados al atrapar pelotas que eran lanzadas por el ilusionista. Subían al escenario y eran metidos en una jaula, luego bajaban una cortina y al subirla, ellas ya no estaban. Luego salían rápidamente por atrás del teatro.
De acuerdo al damnificado, al bajarse la cortina, un grupo de personas acompañantes del mago comenzaron a sacarlos rápidamente y sin aviso. Los apuraban para llevarlos a un pasadizo oscuro, en construcción, con polvo, cemento y escombros. El hombre resbaló y cayó. Se dislocó el hombro y sufrió además daño cerebral.
Este hecho ocurrió hace tres años y desde entonces la pareja sigue llevando un juicio en contra de Copperfield y el casino. Les exigen una compensación de millones de dólares y aún no han podido regresar a Inglaterra por los tratamientos médicos que recibe. Tuvo que dejar de trabajar por las lesiones. Los abogados del mago niegan el hecho, alegando que es un truco que han hecho con miles de personas y ninguna salió herida.