En los confines del sistema solar, un grupo de astrónomos divisó desde un observatorio de Chile una esfera rosada a 12.000 millones de kilómetros (7.500 millones de millas) del Sol.
Es el segundo objeto similar descubierto en una región del espacio más allá de Plutón, considerada desde hace tiempo como un páramo celestial. Hasta ahora, el único residente conocido en esta parte del sistema solar era un planeta enano divisado en 2003 al que se le dio el nombre de Sedna por la diosa mitológica creadora de las criaturas marinas del Artico.
El nuevo descubrimiento demuestra que «Sedna no es una excepción. Confiamos en que existe toda una nueva población para explorar», dijo el investigador David Rabinowitz, de la Universidad de Yale, en un correo electrónico. Rabinowitz no participó en el descubrimiento que anuncia la edición del jueves de la revista Nature.Durante años, los astrónomos escudriñaron esa tierra de nadie en busca de otras Sednas.
En contraste con Sedna, rojo y brillante, el nuevo cuerpo es más rosado y mucho más tenue.Sedna y VP habitan en lo que se conoce como la nube de Oort en los confines del sistema solar donde se cree se originaron algunos cometas.
«El descubrimiento de Sedna tan lejos parecía una excepción. Pero este otro empieza a dar la impresión que podría ser el habitáculo de otros objetos. No es lo que yo me hubiera imaginado», opinó Mike Brown, astrónomo del Instituto de Tecnología de California, en un correo electrónico.
Ahora que Sedna tiene compañía y probablemente mucha más_, los científicos buscan otros objetos para determinar cómo se formó y evolucionó el sistema solar.
LOS ANGELES (AP)