El fotógrafo Kirill Oreshkin sube a todo tipo de inmuebles y puentes en busca de los «selfies» más peligrosos del mundo
¿Es posible llevar los «selfies» a un nivel mayor? Esta es la pregunta que, con sus imágenes, responde el fotógrafo Kirill Oreshkin. Y es que, aburrido de caminar a ras de suelo, este ruso se sube sin protección a los peligrosos extremos de edificios y puentes para inmortalizar después ese momento con su cámara. Sin duda, una actividad no apta para cardíacos ni para personas que sufran de vértigo.
Oreshkin, quien ya ha ascendido a los edificios más altos de Rusia armado únicamente con su cámara y una ingente cantidad de valor-, no ha dudado en explicar mediante un vídeo las causas que le llevan a subir a lugares que a otros darían náuseas. «Empecé a hacerlo porque me gustan los puntos de vista diferentes. (…) Me gusta fotografiar la ciudad y a la gente con la que paso mi tiempo», destacó el fotógrafo.
Con todo, y a pesar de que en las fotografías se puede ver como el ruso pone en riesgo su integridad física al subirse a lo alto de un edificio sin más sujeción que su mano, Oreshkin también destaca en el corto que al principio le daban miedo las alturas, aunque, a base de repetir sus curiosas fotografías, éste desapareció. Más le vale, pues ha llegado a subir a la Torre Mercury en Moscú, la más grande de Europa con 338 metros.