Un estudio de científicos austriacos, checos y suecos arrojó que la voz de Freddy Mercury no tiene comparación en el mundo. El análisis del timbre vocal del frontman de la banda inglesa, Queen, arrojó que lograba cruzar las cuatro octavas completas, algo pocas veces visto en el mundo de la música.
Además, Mercury lograba una frecuencia de 117,7 Hz, situándolo como barítono, contrario a la etiqueta de tenor que se le atribuyó durante su vida como cantante de Rock. El autor de Don’t Stop Me Now tenía la capacidad de realizar subarmónicos, técnica que requiere usar los pliegues vocales superiores, que normalmente no se utilizan en la articulación de la voz.
Finalmente, la investigación mostró que el ícono del rock podía mover las cuerdas vocales a gran velocidad, permitiéndole hacer mejores vibratos, tal vez uno de los grandes sellos del londinense.