Mientras paseaban por una playa, Lucky Gary y Angela Williams tropezaron con una roca muy peculiar e inmediatamente se dieron cuenta de que se trataba de un vómito de ballena muy valioso. El hedor a pescado podrido los condujo hasta cerca de la orilla del mar, donde descubrieron la inusual roca que se parecía mucho a una pieza ámbar gris o vómito de ballena que habían visto una vez en un periódico.
Gary y Angela envolvieron la pieza del tamaño de un balón de rugby en un pañuelo, lo anudaron, lo colocaron dentro de un recipiente y lo llevaron a casa. Al llegar descubrieron que pesaba 1.57 kilos, poco más de la mitad de otra pieza similar que fue encontrada en 2013 cerca de Morecambe y que costaba unos 170.000 dólares.
Básicamente, el ámbar gris es la secreción intestinal del cachalote, que se cree ayuda a proteger al animal de los peligros que representan los objetos duros o afilados que ingieren. Con el paso de los años esta secreción se endurece dando como resultado pequeñas piezas muy preciadas que se utilizan para la confección de perfumes.
Se le llama oro flotante porque es una pieza muy rara y los perfumistas están dispuestos a pagar mucho dinero por ella.
Antes de tocar tierra, el vómito de ballena puede flotar en el océano durante años. De hecho, son esos años de exposición al sol y al agua salada los que la transforman en una piedra compacta, cerosa, lisa y de color grisáceo.
Tiene un olor muy peculiar, una combinación entre el olor del calamar y el estiércol de una granja, explicó Gary.
Al tacto, se siente como un balón de goma duro. Su textura es como la de la cera de una vela. De hecho, al tocarla sientes la misma sensación que cuando la cera se adhiere a los dedos.
Y añadió: Si de verdad vale tanto dinero, nos ayudará a comprar una caravana estática. Sería un sueño hecho realidad.
La pareja ha guardado su pieza de oro fétido en un lugar seguro mientras consultan a un experto en Francia y otro de Nueva Zelanda.