La esquizofrenia es un trastorno mental tan grave que se encuentra dentro del grupo de los llamados trastornos psicóticos. Las personas que la padecen pueden escuchar voces que no están allí, pensar que otras personas quieren hacerles daño, presentan una grave distorsión en el pensamiento, la percepción y las emociones; sufren de una perdida de contacto con la realidad, alucinaciones, delirios, trastornos de movimiento y de pensamiento.
Todo esto les dificulta mantener un trabajo o cuidar de sí mismos. La esquizofrenia afecta a hombres y mujeres por igual, se da en índices similares en todos los grupos étnicos alrededor del mundo y los síntomas como las alucinaciones y los delirios generalmente comienzan entre los 16 y los 30 años.
No se conoce exactamente qué es lo que la provoca, pero algunas investigaciones indican que tiene que ver con la genética, el medio ambiente y la química del cerebro. Lamentablemente no tiene cura, pero la expectativa de vida para estas personas es cada día mejor, ya que los medicamentos funcionan realmente bien y muchos de ellos mejoran lo suficiente como para llevar una vida independiente.
Hace algunos años, un equipo de neurólogos comprobó que los pacientes que padecen esquizofrenia son incapaces de percibir la ilusión óptica de una prueba llamada La máscara de Hollow. Esta prueba consiste en lo siguiente: una máscara pintada con un rostro humano en su lado convexo (el que sobresale) y otro en el lado cóncavo (el interior), gira lentamente, cuando llega a la parte hueca la ilusión provoca que veamos una cara que sobresale. Sin embargo, el cerebros de las personas con esquizofrenia no son engañados por la ilusión óptica, ellos ven la parte hueca de la máscara. Esto se puede explicar por una especie de corto circuito que se produce entre las conexiones de las áreas sensoriales y conceptuales de los esquizofrénicos.
Para comprobar esta teoría, Danai Dima, de la Hannover Medical School y Jonathan Roiser, del University College de Londres, llevaron a cabo un estudio que consistió en el reclutamiento de 13 pacientes enfermos de esquizofrenia y 16 voluntarios de control sin ningún tipo de trastorno mental, con el fin de medir su flujo cerebral mientras visualizaban imágenes en tres dimensiones de rostros cóncavos y convexos. Y como suponían, de los 13 pacientes que padecían esquizofrenia, el 100% informó haber visualizado rostros cóncavos sin ningún tipo de relieve, como sí lo hizo el grupo de control.