En 2012, el Dr. Andrew Bastawrous, cirujano oftalmólogo londinense, dejó su trabajo y su cómoda vida en Londres, vendió todo lo que él y su familia poseían y se mudó con su esposa y su bebé de un año a Kenya para abrir 100 clínicas oftalmológicas temporales.
Su idea convertir un teléfono inteligente en una herramienta para examinar los ojos ya llevaba un par de años en desarrollo. Algunos viajes anteriores de Bastawrous a países en vías de desarrollo en el extranjero para hacer exámenes oftalmológicos lo impulsaron a ayudar a aquellas personas con problemas de visión comunes pero que tienen poco acceso a servicios de atención y equipo para la salud visual.
Hay 39 millones de personas ciegas a nivel mundial, y en países con bajos ingresos, el 80% de la ceguera es curable.
Él señala que las dos causas principales de los problemas oculares son cataratas y errores refractivos.
«La mayoría es reversible. Con ayuda, las personas que han sido ciegas durante décadas pueden ver nuevamente», señala.
Con este concepto en mente, Bastawrous y su equipo desarrollaron el Portable Eye Examination Kit (Peek) [Kit portátil de revisión de ojos]. Para probar la tecnología, el equipo de Bastawrous examinó a 21.000 niños kenianos en 9 días, y ahora empezarán a examinar a otros 300.000 en Trans-Nzoia, una comunidad en el este de Kenya.