Un vídeo explica con pruebas gráficas sobre nuestro propio cuerpo cómo funciona la evolución. A medida que cambian nuestro entorno y nuestras necesidades ciertos músculos se pierden en el cuerpo humano, aunque aún se encuentran presentes en otros individuos. Entre ellos los músculos que permiten mover las orejas para localizar mejor la fuente de un sonido, o el coxis.
Entre los ejemplos se encuentra también el músculo palmaris longus, en la muñeca, que nuestros ancestros primates utilizaban para trepar en los árboles.
Para comprobar si lo tienes solo tienes que extender el brazo sobre una superficie plana con la palma hacia arriba, junta el pulgar y el meñique y levantar levemente la muñeca. Si lo tienes verás que en el interior del antebrazo se ve claramente, tal y como muestra el vídeo.
No tener este u otro músculos no supone ningún problema ya que no son necesarios para nuestra vida diaria.
El vídeo, creado por al web estadounidense Vox, acumula millones de reproducciones en los últimos días.