Teyujagua paradoxa es el nombre de una nueva especie de reptil que vivió hace 250 millones de años en el sur de Brasil y que ha sido identificada gracias a un cráneo fósil, casi completo y bien conservado, encontrado en el Estado de Río Grande.
El fósil fue descubierto a comienzos de 2015 por un equipo de paleontólogos de la Universidad Federal de Pampa en una roca del Triásico (uno de los tres periodos geológicos de la Era Mosezoica) encontrada cerca de la ciudad brasileña de Sao Francisco de Assis, según publica hoy Scientific Reports, del grupo Nature.
Este descubrimiento, en el que colaboraron expertos de la Universidad Federal de Pampa (Brasil) y la de Birmingham (Reino Unido) «ayuda a aclarar la evolución inicial del grupo que dio lugar a los dinosaurios, pterosaurios (reptiles voladores), cocodrilos y pájaros», explica un comunicado.
Teyujagua es una palabra guaraní que significa «lagarto feroz» y hace referencia a una bestia mitológica llamado Teyú Yagúa, que se suele representar como un lagarto con cabeza de perro.
El Teyujagua paradoxa era un cuadrúpedo, de aproximadamente 1,5 metros de longitud, con dientes curvados muy afilados y con forma de sierra, lo que indica que su dieta era carnívora.
Las fosas nasales se situaban la parte superior del morro, una característica típica de algunos animales acuáticos o semiacuáticos, como los actuales cocodrilos. Su hábitat natural se cree que eran las márgenes de los ríos y lagos, donde cazaba anfibios y pequeños reptiles.
Se trata de un fósil muy diferentes a otros de la misma era, pues su anatomía está a medio camino entre los reptiles más primitivos y el grupo denominado archosauriformes, que incluye todos los dinosaurios y pterosaurios extinguidos, junto a los cocodrilos y pájaros actuales.
El descubrimiento de este fósil es importante porque el Teyujagua paradoxa vivió después de la extinción masiva del Pérmico Triásico, ocurrida hace 252 millones de años, que acabó con el 90 % de las especies y que probablemente fue desencadena por unas erupciones volcánicas de gran intensidad ocurridas en la zona oriental de la actual Rusia.
El Teyujagua paradoxa proporciona nuevo conocimientos sobre cómo se recuperaron y desarrollaron los ecosistemas terrestres después de esa extinción masiva.
En aquella época, los archosauriformes y sus parientes cercanos, como los Teyujaguas, fueron los animales dominantes de los ecosistemas terrestres y finalmente dieron lugar a los dinosaurios.
El doctor Felipe Pinheiro, de la Universidad Federal de Pampa dijo que el descubrimiento de esa nueva especie fue «realmente emocionante. Desde que vimos ese hermoso cráneo por primera vez sobre el terreno, todavía casi totalmente cubierto de piedra, supimos que teníamos algo extraordinario en las manos».
Una vez en el laboratorio, el fósil superó las expectativas de los expertos. «Presentaba una combinación de características nunca vistas antes, lo que indicaba la posición única del Teyujagua en el árbol evolutivo de un importante grupo de vertebrados».