La mujer que el pasado lunes asesinó, decapitó y paseó la cabeza de una niña cerca de una estación de metro en Moscú actuó instigada por otras personas. Así lo creen los investigadores, que han iniciado una búsqueda de la que no han dado muchos detalles. En el interrogatorio Gulchejra Bobokulova, una uzbeka de 39 años, ha reconocido el crimen y en referencia a la decapitación ha explicado: «Alá me lo ordenó».
El viernes se presentará la acusación formal por asesinato contra Bobokulova, que fue detenida junto a la estación de metro de Oktiabrskoye Pole, una zona residencial situada al noroeste de Moscú. Allí había estado caminando y gritando con la cabeza cortada de la pequeña Nastia, de cuatro años, en la mano. «Soy una terrorista», «Dios es grande», decía mientras agitaba la cabeza de la niña.
La detenida trabajaba como niñera de la pequeña de cuatro años, a la que asesinó dentro del apartamento de la familia para la que trabajaba. La mujer fue examinada por un psiquiatra tras ser detenida. De ese examen se ha concluido que la mujer se encontraba en un estado de grave desorden psicológico», señala la agencia Tass.
Según la investigación, Bobokulova mató a la niña e incendió el apartamento cuando los padres salieron de la casa con su hijo mayor. No había causado problemas en el trabajo, pero recientemente estaba más irascible, y al parecer fue una infidelidad de su marido la que la empujó a cometer el crimen.