El mundo laboral no es muy justo y todos estamos claros de eso y cuando de trata de genero resulta un dilema. Si se trata de color de la piel, sexo o alguna otra característica, los grupos minoritarios tienden a evolucionar de manera más lenta frente al típico grupo que, al menos en promedio, parece vivir la vida fácil por llenar los requisitos de ser blancos, bien educados y hombres.
Sin embargo, The Economist publicó un artículo en donde explica que hay otros estudios en todo el mundo (en Canadá, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y los Países Bajos) que tienden a evidenciar un mismo fenómeno: mientras que los hombres homosexuales sufren una penalización de ganancias, las mujeres homosexuales parecen ganar más que las mujeres heterosexuales.
En una encuesta de 29 estudios publicados en enero de 2015, Marieka Klawitter, de la Universidad de Washington, encontró una prima promedio de ganancias del 9% más para las lesbianas que las mujeres heterosexuales. Sin embargo, se registró una penalización del 11% para los hombres homosexuales.
Establecer con certeza por qué existe esta prima puede ser una tarea imposible, pero han surgido varias teorías. Una posibilidad es que las lesbianas podrían enfrentarse a la discriminación positiva, tal vez porque los empleadores esperan que sean más competitivas y más comprometidas a trabajar que sus colegas femeninas heterosexuales.
Otra idea es que las lesbianas son vistas como las personas que cubren el rol máximo del hogar, y puede ser que tengan que trabajar más duro para rellenar los ingresos del hogar, en ausencia de una pareja masculina.
Entre otras hipótesis está que en parejas del mismo sexo las mujeres les resulta más fácil hacer frente a las expectativas de enfrentarse a la mayor parte de las tareas del hogar o al cuidado de niños.
Sin embargo, el mismo artículo indica que las lesbianas no son un grupo privilegiado en cuanto se refiere a la contratación y se explica que si bien podrían ganar más que las mujeres heterosexuales, siguen ganando menos que los hombres.