Tenían nombres imponentes como Thorfinn Rompehuesos, Erik Hacha Sangrienta y Ragnar Pantalones Rugosos. No es de extrañar que los vikingos tuvieran una reputación temible.
Una nueva exhibición en el Museo Británico presenta un enfoque revisionista sobre los saqueadores escandinavos cuyo nombre significa «pirata» en noruego antiguo. Por medio de sus barcos, armas, artesanías, palabras y esqueletos, la muestra «Vikingos: vida y leyenda», pretende demostrar cómo la energía y las ideas de los vikingos cambiaron el mapamundi.
«Eran un fenómeno global», dijo el curador de la muestra, Gareth Williams, sobre los bucaneros barbados que se hicieron a la mar en el siglo IX para caerles a los aterrorizados monjes ingleses, aldeanos irlandeses y campesinos rusos. «Eran saqueadores, pero también comerciantes y artesanos y exploradores».Los vikingos iniciaron una era que la exhibición llama eufemísticamente «interacción cultural», aunque aclara que muchos de esos contactos eran «de una violencia sangrienta».
Sus habilidades como navegantes son el foco de la muestra, que se abre el jueves para seguir hasta el 22 de junio. En septiembre pasará al museo Martin-Gropius-Bau en Berlín.El centro de la exhibición es la mayor nave vikinga que se haya encontrado. Desenterrada de las riberas de un fiordo dinamarqués en 1997, tiene 37 metros (120 pies) de largo y 40 pares de remos. Es imponente pese a que solo queda un 20 % de la madera del casco.
Pero la parte más espectacular es el botín vikingo, que incluye prendedores de oro y plata, collares y pulseras, algunas de un enorme tamaño.Aunque también hay elementos que subrayan la habilidad de los vikingos como exploradores, diplomáticos y comerciantes que negociaban madera, pieles y halcones de Escandinavia, huesos de ballena y marfil del Atlántico Norte, sal y piedras preciosas del este, como también esclavos.
LONDRES (AP)