Enormes dragones de tela se pasearon por el Centro. Eran representaciones del mítico animal en colores amarillo, naranja y rosa que danzaban al ritmo de los tambores con motivo del Año Nuevo 4 mil 714, el del Mono Rojo.
Miles de capitalinos y miembros de la comunidad de ese país asiático en la Ciudad de México celebraron un desfile desde el Monumento a la Revolución hasta la calle Dolores, un recorrido de más de un kilómetro en el que no faltaron las exhibiciones de artes marciales y danzas.
Tras recorrer avenida Juárez, el jugueteo de los dragones llegó al barrio chino más pequeño del mundo, el de la Ciudad de México, adornado para la ocasión con faroles y figuras de gatos dorados con su garra derecha levantada, símbolo de prosperidad.
Manejando uno de los dragones iba Omar, hijo de inmigrantes chinos de segunda generación, quien lucha por mantener las tradiciones de esta zona, que comienza a cambiar paulatinamente tras pasar décadas estática con su veintena de restaurantes y tiendas de comestibles y objetos importados.
Y es que hay detalles que los visitantes de ocasión apenas advierten, como la media docena de negocios de hamburguesas, ensaladas, alitas de pollo e incluso alta cocina mexicana.
Por eso, los vendedores del callejón de Dolores determinaron ocupar más espacio exterior con mesas, sombrillas e incluso carpas de los locales, en un intento de atraer más visitantes.
Los festejos de la comunidad asiática iniciaron desde el viernes, pese a que el Año Nuevo Chino se celebra este lunes 8 de febrero.