Un hombre de edad avanzada murió cuando realizaba el acto sexual con una prostituta. El pene del hombre quedó atrapado en la vagina de la fémina por una condición que los expertos sexuales llaman «pene atrapado«. El sitio de noticias británico Metro.co.uk. informó que ambos cuerpos tuvieron que ser separados quirúrgicamente, ya que habían quedado unidos por sus genitales.
Un video publicado en la versión china de Youtube, Miaopai, muestra el momento en el que la mujer es transportada encima del fallecido, en una camilla de hospital, donde luego fueron separados genitalmente. En el clip se observa cuando la pareja va tapada por una manta azul.
»Cuando el pene está dentro de la vagina se va hinchando gradualmente y los músculos de la base pélvica de la mujer se contraen rítmicamente con el orgasmo. Mientras esos músculos se contraen, el pene se atasca y se hincha aún más, al final, los músculos vaginales se relajan, el pene se descongestiona de sangre y el hombre puede retirarse», explicó el doctor John Dean, médico de Sexualidad en el reino unido.
Pero, ¿Qué es la condición del pene atrapado?
No son mitos ni leyendas, lo asegura el doctor John Dean, médico de sexualidad en Reino Unido. Aunque es poco común, es posible que un hombre y una mujer se queden enlazados entre sí por medio de sus genitales. Penis captivus (pene atrapado) es el nombre que recibe un fenómeno poco común en el cual el pene queda atrapado por la vagina durante el sexo.
«Cuando el pene está dentro de la vagina se va hinchando gradualmente», explica al dar su hipótesis sobre cómo puede ocurrir el problema, y agrega: «Los músculos de la base pélvica de la mujer se contraen rítmicamente con el orgasmo. Mientras esos músculos se contraen, el pene se atasca y se hincha aún más».
Históricamente se han publicado relatos sobre este curioso accidente, hay quienes incluso lo asocian con brujería. En 1372, Geoffery de la Tour-Landry relató como un libidinoso llamado Pers Lenard «tuvo relaciones carnales con una mujer» encima del altar de una iglesia y que Dios «los ató firmemente a los dos esa noche».