Las aerolíneas vuelven a realzar la primera clase en sus vuelos internacionales. Esta vez no se trata de comidas gourmet o sillones de lujo, sino permitir que los pasajeros privilegiados pasen por el aeropuerto sin tener que mezclarse con las masas.
Algunas de las innovaciones recientes:
American Airlines ofrece ahora a los pasajeros de primera clase en vuelos internacionales un área de ingreso propia en sus terminales en Nueva York, Miami, Los Angeles y Chicago. Los viajeros salen por puertas ocultas que los dejan al frente de las filas para el control de seguridad.
United Airlines tiene un arreglo similar en Chicago y Newark (Nueva Jersey).
Delta Air Lines trasladará en un Porsche de un avión a otro a los pasajeros de primera clase que tengan poco tiempo para sus conexiones. No tendrán que pasar por la terminal.
United hace otro tanto con vehículos Mercedes-Benz GL en Chicago, Houston y Newark.
Emirates Airlines tiene pisos separados en su recepción para pasajeros premium y para la plebe. Los dos grupos abordan los jets por entradas separadas, sin mezclarse.
El aeropuerto Heathrow de Londres ha abierto suites privadas, destinadas originalmente para la familia real, para los pasajeros de primera clase o clase ejecutiva por 2.500 dólares extra. Esos pasajeros tienen controles exclusivos de inmigración y seguridad.
Lufthansa ofrece a los pasajeros de primera clase una terminal separada en Francfort. Tiene restaurante, sala de cigarros y agentes de inmigración propios. A la hora de abordar, llevan a los pasajeros hasta el avión en un Mercedes-Benz o un Porsche Cayenne.
NUEVA YORK (AP)