La holandesa Marieke Voorluijs está pasando por un momento de su vida que a ningún padre le gusta: ver crecer a su hijo. El chico está en plena adolescencia, pasa la mayor parte de su tiempo fuera de casa con sus amigos y está metido en un grupo de Punk. Todo esto hace que Marieke eche de menos los años en los que pasaba más tiempo con su hijo, esos días en los que lo tenía siempre cerca.
Para intentar sobrellevar esta situación lo mejor posible, Marieke ha dado con una solución tan original como rara, hacer una recreación de su hijo con lana. Resulta que la madre tiene una página web donde vende todo tipo de objetos hechos a mano y, aprovechando su experiencia, ha decidido hacer un muñeco idéntico a su hijo.
Su hijo estaba al corriente de todo y ambos se lo tomaron como una broma pero, al final, el muñeco está terminado y el resultado puede verse en una sesión fotográfica un tanto extraña.