Cuando nuestro hijo entra en la adolescencia comienza a descubrir un mundo nuevo: el de las relaciones sentimentales. Puede que comience a tener sus primeras salidas con gente del sexo opuesto y tenga su primera pareja. Es importante por eso entender el proceso de noviazgo adolescente para poder ayudarlos en estas etapas.
El adolescente es como un niño
A lo largo de su niñez, tu hijo aprende a hacer un montón de cosas: cepillarse los dientes, escribir, mirar a los dos lados cuando cruza la calle. El noviazgo es uno de los tantos procesos de aprendizaje que tendrán, y en el que el objetivo final es conocer los parámetros de una relación sentimental saludable y entender sus sentimientos.
En esta analogía de un adolescente con un niño pequeño, podemos observar que el comportamiento es bastante similar y que, por ende, los padres deben actuar de la misma manera que lo hacían cuando el pequeño tenía cuatro años. Eso quiere decir, en primer instante, que el padre debe poner límites consistentes y con ciertas flexibilidades según la personalidad del hijo.
Esto es algo fácil si los noviazgos se discuten en la familia desde muy pequeña edad y las cosas quedan claras desde el primer instante. Las normas diferirán según la familia.
Tal vez la primera pregunta que debemos hacernos es si nuestro hijo es lo suficiente mayor como para tener una relación sentimental. Para eso debemos mirar a nuestro hijo: si es una persona responsable, si se respeta a sí mismo y a los demás y si tiene claro lo que piensa.
También es importante entender que para un adolescente el noviazgo no es lo mismo que tal vez tú entiendes: en ocasiones puede significar hablar de vez en cuando, otras salir en grupo. En un primer momento puedes poner reglas claras sobre el tipo de salidas que pueden tener, y luego ir decidiendo sobre la marcha de acuerdo al comportamiento de tu hijo.
Los NO del noviazgo
A pesar de que el noviazgo adolescente es algo común y necesario, hay algo en lo que todos los expertos están de acuerdo: el adolescente no debe salir con alguien mucho mayor. Diversos estudios han demostrado que este tipo de relaciones conducen a la actividad sexual temprana y una mayor probabilidad de embarazo adolescente.
Más allá de este punto en el que podemos estar más o menos de acuerdo, hay algunos otros puntos que son claros en el proceso de noviazgo en los adolescentes: por ejemplo, la violencia, algo más común de lo que se cree y que puede afectar a uno de cada tres adolescentes en pareja. Ten cuidado si el novio o novia de tu hijo parece muy controlador, tu hijo ha dejado de ver a sus amigos o no quiere salir de casa, estos son algunos signos de alerta.
Si nuestras creencias están relacionadas con la abstinencia sexual, también es importante que hablemos de la situación con nuestros hijos.
En caso de que una pareja no nos guste, prohibirla no es la mejor opción. Lo idea es hacer que se sienta bienvenido en casa para poder tener medianamente controlada la situación.
Ten en cuenta que lo más importante en el proceso de noviazgo adolescente es la comunicación entre padres e hijos. ¿Cómo llevas este tema con tus hijos?