Hombres y mujeres podemos mentir, pero nuestro cuerpo nos delata. Poner atención a los que nos dice nuestro cuerpo nos ayudará a darnos cuenta de cuando mienten.
No te mira a los ojos. Los expertos del lenguaje no verbal aseguran que siempre nos miramos cara a cara al hablar, excepto cuando mentimos; pues al mirarse a los ojos el contacto es más profundo; así al mentir el inconsciente hace que no podamos mantener la mirada.
Cambio de voz. Hablar pausado, entrecortado, con tartamudeos o cualquier característica que no sea distintiva de su voz es una señal de que no está diciendo la verdad. La voz cambia siempre que hay incomodidad.
Cambio de tema. Cuando las personas hacen una cosa y dijeron que harían otra no quieren hablar de lo que supuestamente hicieron, para evitar que sus incoherencias terminen por descubrir la mentira. Su incomodidad para hablar de algo, lo delatará.
Contradicciones. Las mentiras son cosas que no pasaron por lo que al combinarse con las cosas que si pasaron existirán contradicciones, no hay mayor señal de una mentira que enredarse con sus propias palabras.
A la defensiva. No importa que no le hayas preguntado nada sobre el tema en el que te miente, pero al sentirse culpable o que estás por descubrirlo se pondrá a la defensiva, se molestará y podría llevar cualquier conversación a convertirse en una discusión sobre cualquier cosa. Los nervios y el enojo los delatan.