La periodista Stacey Ritzen se enojó con la vecina que vivía al lado de su casa porque no paraba de dar alaridos mientras era visitada por un chofer de una línea de transporte. Y como no la dejaban trabajar en paz por los gritos, la chica los grabó y los subió a través de la red social del pajarito azul.
Los gemidos de la mujer impedían que Stacey no pupdiera concentrarse y por eso decidió grabarlos y darlos a conocer a través de twitter.
«¿Quién quiere escuchar a mi vecina teniendo relaciones sexuales muy alto?», escribió en el primero de sus mensajes.
Eso no se hace, Stacey, todo vuelve, todo. La vida es un boomerang.