Con un propósito artístico y a la vez para concientizar a la población sobre lo importante que resulta la biodiversidad, nació este proyecto que persigue el sueño de crear el árbol de las 100 frutas, una obra del profesor y artista estadounidense Sam Van Aken. Según el propio creador. el árbol era parte de una huerta de 150 años de Nueva York y fue preservado por el hombre en cuestión.
Quería que el árbol interrumpiera y transformara la cotidianidad. Cuando el árbol florece inesperadamente en colores diferentes y observas los distintos tipos de fruta colgadas de las ramas, no sólo cambia la forma en que lo ves, sino que cambia la forma en que percibes las cosas en general, aseguró el creador al respecto de su llamativa e inusual obra.
El proceso de producción de la obra, a la que el artista denomina escultura a través de injertos, consta de una milenaria técnica de implantación de brotes de especies distintas al tronco de un árbol. Se realiza un corte en la superficie del árbol, se introduce el brote en esa incisión y se lo sujeta con telas y, e algunos casos, se lo unta con miel u otras sustancias que ayudan a la correcta adaptación del brote a la planta madre.