Una compañía australiana, llamada Humai, dice que está trabajando en tecnología que les permitirá traer de vuelta de la muerte a sus clientes, dentro de 30 años. En una entrevista con Australian Popular Science, el CEO de Humai, Josh Bocanegra, habló del proceso. «Primero recolectamos por años datos exclusivos de nuestros clientes, antes de su muerte, por medio de diversas aplicaciones que estamos desarrollando. Después de la muerte congelaremos el cerebro usando tecnología criónica [de congelamiento para la preservación]».
«Cuando la tecnología esté completamente desarrollada, implantaremos el cerebro en uno artificial. Las funciones del cuerpo artificial funcionan con los pensamientos, mientras que miden las olas cerebrales. Cuando el cerebro envejezca, usaremos nanotecnología para reparar y mejorar las células». Piensa en algo así como sacar el disco duro de tu computadora e introducirlo en un Alienware nuevo y eso es, en algún sentido, lo que Humai quiere.
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«Creo que el cuerpo tiene limitaciones y no creo que el cuerpo haya evolucionado con sus mejores funciones», dice Bocanegra. «Creo que un cuerpo artificial contribuirá más a la experiencia humana. La extenderá… y lo hará tanto, que aquellos que aceptan la muerte probablemente cambiarán de parecer».
Con un equipo de cinco y todavía buscando inversionistas externos, Bocanegra sigue confiando en que llegarán a su meta de hacer la primera resurrección humana en 30 años. «No creo que estemos peleando contra la muerte. Creo que la haremos algo opcional», dijo. «Personalmente no me puedo imaginar por qué alguien querría morir, pero respeto sus deseos».
Humai es la más reciente empresa que ha ofrecido al mercado una idea acerca de la salvación, desde los teóricos singulares que dicen que podremos cargar nuestros cerebros en la Matrix, hasta expertos en criónica que aseguran que pueden mantener el cuerpo en hielo hasta que la enfermedad se cure.
ING
