Las seis voluntarias rusas han completado el experimento Luná 2015, en el que han pasado más de una semana aisladas en una maqueta de una nave espacial en Moscú.
El experimento, llevado a cabo por el Instituto de Problemas Biomédicos de la Academia de Ciencias de Rusia, tenía como objetivo estudiar las peculiaridades de la adaptación del organismo femenino al espacio aislado de una nave espacial, así como probar equipos experimentales que serán enviados a la Estación Espacial Internacional.
Las mujeres hicieron ejercicios para varias situaciones de emergencia durante su misión, como un trauma eléctrico y el aplazamiento del aterrizaje por un huracán en la Tierra, informa la agencia Tass.