La ciudad del imponente Capitolio y la icónica Casa Blanca, tiene ahora una nueva atracción turística oficial: la empinada escalera por la que cae y muere el padre Damien Karras en la mítica película de terror El exorcista.
Los 75 escalones llevan más de un siglo en el histórico barrio de Georgetown y hace cuatro décadas que el director William Friedkin los inmortalizó en su célebre cinta, pero hasta este Halloween no tenían ni siquiera una placa que señalara su importancia.
Algunas guías turísticas, de las que incluyen los lugares menos conocidos, ya hablan hace años de estas escaleras, pero hasta ahora eran muy difíciles de descubrir y localizar por el visitante medio.
Ahora una placa llama la atención sobre la pronunciada escalera que desciende desde la intersección de las calles Prospect y 36th hasta la calle M, una de las más comerciales de la ciudad y el lugar más concurrido para las celebraciones de Halloween.
La colocación de la placa turística se efectuó el pasado viernes con una gran ceremonia e invitados de cine: el autor de la novela El exorcista y del guión homónimo, Peter Blatty, y el director de la cinta, William Friedkin.
Les acompañó la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, y centenares de cinéfilos y curiosos.
Los turistas que se acerquen a partir de ahora a hacerse una foto con la icónica escalera (subir los 75 escalones es solo para valientes) serán con toda probabilidad una pesadilla para los deportistas de la zona, muchos de ellos estudiantes de la Universidad de Georgetown, que utilizan los cinematográficos escalones a diario para intensificar su entrenamiento.
El exorcista se rodó durante 20 días en la capital estadounidense en octubre de 1972, con el barrio y la Universidad de Georgetown, la católica y jesuita más antigua del país, como escenarios principales.