El documental «Hot girls wanted», producido por la actriz Rashida Jones (Parks and Recreation) y dirigido por Ronna Gradus y Jill Bauer, quienes también analizaron la sociología de la industria digital del porno en Sexy Baby, causó gran polémica en el pasado festival de Sundance, que desde mayo pasado emite Netflix en su catálogo para Estados Unidos.
El documental muestra la evolución durante medio año de varias recién llegadas al porno y evidencia cómo el sector del «reality porn», ese que parece amateur y con aspecto casero, realmente no lo es, y cómo explota, exprime y desecha a las jóvenes, de entre 18 y 21 años de edad, ansiosas de fama, dinero fácil y de tener miles de seguidores en Twitter.