El rescate de los 33 mineros rescatados en Chile, sin duda, era motivo de una película, tal y como sucedió, pero dentro de toda esa trama también hay una historia que es digna de una cinta de romance.
Se calcula que mil millones de personas vieron hace cinco años el rescate de los 33 mineros chilenos por televisión. De todas ellas, sólo una se enamoró de un rescatado, lo contactó a distancia por redes sociales y terminó casándose con él.
Hoy, Melanie Meyer y Daniel Herrera, conductor y minero, rescatado número 16 de la mina San José, quienes viven en Chile, esperan en Alemania el nacimiento de su primera hija, a la que llamarán Sofía.
Sí, me enamoré de él por televisión, le dice Meyer a BBC Mundo desde Weingarten, una ciudad de 24.000 habitantes en el sur de Alemania donde Herrera acaba de llegar tras participar con sus compañeros en una audiencia con el Papa.
Es la primera vez que el minero vuela sin el grupo de los 33. No me gusta viajar, no soy de aviones. Con la delegación es más fácil, porque estamos todos juntos. Pero me tuve que venir solo, sin saber inglés. Imagina lo que me costó y lo asustado que estaba. Pero estoy en Alemania y vengo a conocer a la familia, cuenta.
Casados hace un año, el matrimonio vive en Santa Cruz, al centro-sur de Chile. Herrera, que hizo un tratamiento sicológico y siquiátrico tras el rescate, volvió a la minería. Trabaja al norte del país, en Radomiro Tomic, una de las divisiones de la minera estatal Codelco. De los 33, es uno de los pocos que volvió al rubro.
Tengo la misma pega (trabajo) que hacía en la San José, pero ahora en la gran minería, con estándares de seguridad. Nada que decir. Aquí el capital humano importa y tenemos la facultad de parar una labor. En San José no podíamos reclamar, había que asumir no más.
Herrera viaja cada 7 días a la mina. Melanie Meyer, que trabajó por 17 años como secretaria en una empresa en Alemania, dice que le acomoda la vida de la minería.
Como esposa de minero sabía que pasaríamos un tiempo separados. Pero los días que paso sola los necesito para mí. Los alemanes somos así, necesitamos tiempo para nosotros mismos, reflexiona.
Hoy existen al menos 7 copias de la Fénix, la cápsula que rescató a los mineros. Una de ellas se encuentra en el Museo de la ciudad de Santa Cruz. A veces llaman a Daniel Herrera para que se la muestre a los turistas.
Voy cuando me necesitan y hago de guía por el Pabellón del Gran Rescate. Cuento lo que pasó, muestro. La gente me trata con respeto, y se va muy contenta. Me cuentan que estaban con nosotros, recuerdan el rescate. Yo lo hago también para retribuir algo y para que ellos cierren un ciclo de su vida, tal como lo cerré yo.
Daniel Herrera tenía 27 años el día del accidente. Hoy tiene 32. Y sus sentimientos sobre el accidente son encontrados.
Tengo recuerdos de los que no me gusta hablar, claro, de lo trágico. Pero es raro, porque también se puede decir que el accidente me trajo cosas buenas. Gracias al accidente tengo una señora, una esposa y estamos haciendo nuestra familia. Mi vida cambió, pero para bien.
La tribuna