Unos mariachi rompen con los estereotipos de la música mexicana, tradicionalmente identificada como «de machos».
Carlos Samaniego, director y fundador del Mariachi Arcoiris de Los Ángeles, suele dedicar sus canciones a «quienes están dentro del clóset» y promueve con orgullo a su grupo como el único de su ciudad y del mundo abiertamente gay.
«Yo como hombre les voy a cantar a los hombres y la mujer en el mariachi les va a cantar a las mujeres», señala Carlos. «La transgénero les va a cantar a los hombres».
Natalia Meléndez se autodenomina la primera mujer transgénero en la historia del mariachi. Ella comenta que durante años se sintió atrapada en una imagen y con una ropa que no la representaban.
Con miedo al rechazo se transformó en el escenario. «Hay mucha gente que está hablando mal de nosotros, pero eso no me importa», dice. «Lo que somos, somos».
Según Carlos, el grupo nació por necesidad y no para marcar territorio. «Quería tener un lugar seguro en donde poder tocar la música folklórica mexicana sin que hubieran discriminaciones».
La enseñanza del Mariachi Arcoiris es que la música no tiene fronteras ni géneros.