Situado en la parte noroccidental del océano Atlántico, entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami, el Triángulo de las Bermudas continúa envuelto en un halo de misterio a causa de las numerosas historias sobre las desapariciones inexplicables de aviones y barcos. Tres expertos dan su opinión sobre qué sucede realmente en esta región.
«Hay un montón de versiones alocadas sobre lo que sucede de verdad en el Triángulo. Algunos dicen que se trata de alguien perteneciente a la Atlántida hundida que devora las naves; otros culpan a los portales interdimensionales y otros a los ovnis. Existe también una versión hidrológica que culpa a las mareas anormales en esos lugares», afirma Benjamin Radford, escritor e investigador de lo paranormal.
Radford cuenta que la primera en hablar sobre esta región fue Charles Berlitz. «Por desgracia, casi todo su libro es mentira. Está repleto de errores y de hechos poco científicos. En definitiva, nació una hermosa leyenda sobre el misterioso Triángulo de las Bermudas solo porque Berlitz no sabía cómo trabajar con los hechos», indica el investigador.
«La verdad es que los buques y las aeronaves no desaparecen en esa zona más que en cualquier otro lugar de la Tierra», opina.
«Los mitos sobre el Triángulo son sólo una excusa para las bromas»
Por su parte, Stephen Giovannoni, profesor del Instituto de Oceanografía de las Bermudas, sostiene que «en el Triángulo de las Bermudas en realidad no ocurre nada misterioso». «Los mitos sobre el Triángulo para las personas que trabajan allí son solo una excusa para bromear. Por ejemplo, si no podemos encontrar algo o se rompe el equipo, le echamos la culpa al ‘vórtice magnético'», asegura.
Giovannoni añade que lo realmente interesante de esta zona son las «excelentes condiciones» para estudiar el impacto del calentamiento global en los bancos de arena del océano. «Esta investigación es mucho más emocionante que cualquier naufragio», indica.
«El Triángulo de las Bermudas es para los perezosos»
«Santa no existe, el Conejo de Pascua no existe, no existe el Ratoncito Pérez. El Triángulo de las Bermudas tampoco existe», opina Michael Barnette, biólogo marino y fundador de la Asociación de Exploradores Submarinos.
«Es mucho más fácil culpar de todo al ‘misterioso e inexplicable enigma’ que pasar tiempo indagando registros de naufragios y analizar las verdaderas causas de los accidentes. El Triángulo de las Bermudas es para los perezosos», sentencia.