Si eres de los que buscan cremas, masajes, spas o todo lo que se te ocurra para verte más joven presta mucha atención porque, quizá la fuente de la eterna juventud está más cerca de lo que crees y ni si quiera te has dado cuenta.
Según el científico David Weeks, del Hospital Real de Edimburgo, tener sexo por lo menos tres veces a la semana hace rejuvenecer. Como lo lees, luego de una serie de estudios, descubrió que el sexo nos hace ver hasta 10 años más jóvenes.
Weeks es un neuropsicólogo escocés, ex jefe de Psicología para la Tercera Edad del Hospital Real de Edimburgo. Para llegar a la conclusión anterior, llevó a cabo un estudio en el que participaron 3 mil 500 individuos de diferentes edades. La investigación duró diez años y después de analizar los resultados, el experto concluyó que las personas entre 40 y 50 años que se mantenían más jóvenes tenían relaciones sexuales una media de tres veces por semana.
De acuerdo con el científico, la genética es responsable en un 25% de la apariencia juvenil, mientras que el otro 75% restante tiene que ver más con ciertos hábitos del ser humano, como por ejemplo, la actividad sexual.
Weeks concluye que el coito es imprescindible para tener una vida plena. «Los seres humanos que tienen relaciones sexuales satisfactorias, se sienten anímicamente mejor físicamente y transmiten una imagen más juvenil.
Otras investigaciones al respecto son las realizadas por el psicólogo Barry Komisaruk y la sexóloga Beverly Whipple, de Nueva Jersey (Estados Unidos), quienes realizaron experimentos sobre el impacto del orgasmo en el cerebro.
Y al parecer, el orgasmo sí puede ayudar a retrasar el envejecimiento. A decir de estos expertos, hacer ejercicios mentales aumenta la actividad del cerebro, pero solo en ciertas regiones. En cambio, un orgasmo enciende todo el cerebro en su totalidad. Al llegar al clímax, la sangre irriga en el cerebro, aumentando su oxigenación.
Barry Komisaruk ya había hablado de los beneficios del orgasmo anteriormente. En 1982 realizó un estudio en el que descubrió que el clímax es capaz de bloquear el dolor en mujeres que tenían paralizadas sus piernas.
Tras una serie de pruebas descubrió que, en el exterior de la médula espinal, se encuentra un nervio que sirve de conducto entre el clímax y el cerebro.
AGENCIAS.