Taylor Swift es una de las artistas más influyentes en el panorama musical actual. Llena cada uno de sus conciertos y sus fans llamadas ‘swifties’ le han declarado su amor incondicional. No obstante, dejando a un lado el terreno de la música, Taylor ha protagonizado la última portada de la edición australiana del mes de noviembre de la revista Vogue, donde ha aparecido de forma totalmente irreconocible.
La artista estadounidense ha lucido un diseño semitransparente de color azul pastel de la firma Schiaparelli, que resalta su lado más femenino y elegante, que tanto le caracteriza. Sin embargo, en las fotografías aparece con un rostro un tanto diferente, que podría deberse al maquillaje nude, ya que siempre suele delinear sus ojos con profundidad, o a otra ‘mala jugada’ del photoshop, del que últimamente se han quejado muchas celebrities.
Taylor, además de enseñar su pierna desnuda y el sujetador rosa pastel, mira a la cámara sin expresión alguna, y sus ojos, siempre tan llamativos, no transmiten nada.
La cantante ha hablado en la entrevista para Vogue de sus amigas y del apoyo que recibe por parte de ellas. «Mi grupo de amigas es una de mis cosas favoritas en mi vida ahora mismo. Siempre nos apoyamos. Es la primera vez en mi vida en que he tenido algo fuerte como eso al hablar de amistades», declaró la joven estrella.
La vanguardia