Una mujer enojada de saber que su marido se la montaba con la empleada decidió grabarlos el pleno acto y subirlo a internet para que este se muriera de la vergüenza.
Ante la sospecha de infidelidad por parte de su mardido, decidió sostener con evidencia documental la grave acusación. Filmó el abuso, lo denunció, pero no tuvo en cuenta la legislación de Arabia Saudita, que castiga con un año de prisión la difamación en Internet.
La mujer decidió grabar con la cámara de su celular cuando besaba y manoseaba a la fuerza a la mucama. Inmediatamente subió la imagen a Internet con la frase «el mínimo castigo para este hombre es escandalizarlo».
Pero no contó con que el esposo se sintiera ofendido por lo hecho y la demandara por «crimen tecnológico». De acuerdo a las leyes de ese país, la pena por difamación en Internet es de un año de prisión o el pago de casi 100 mil dólares al agraviado.
Agencias