Meadow Walker, la hija del actor Paul Walker, ha presentado este martes en Los Ángeles una demanda por homicidio por imprudencia contra Porsche, según muestran los registros judiciales, a raíz del fallecimiento de su padre, que murió al chocar su deportivo en California hace dos años.
Meadow alegó que Porsche, el fabricante, escatimó recursos en las características de seguridad del vehículo, que podrían o bien haber evitado el choque del todo o, al menos, haber mantenido a Walker con vida.
Paul Walker, que obtuvo su fama por su papel en la saga Fast & Furious, era uno de los pasajeros en el Porsche Carrera GT conducido por su amigo, el también aficionado a las carreras de coches Roger Rodas. Este perdió el control del coche, que salió despedido hacia unos árboles cercanos y un poste telefónico en Santa Clarita, al noroeste de Los Ángeles, acabando con la vida de ambos en noviembre de 2013.
En la demanda, la hija del actor asegura que Porsche AG, la compañía, sabía que ese modelo de coche tenía «una historia de inestabilidad y problemas de control» y añade que los cinturones de seguridad están diseñados para que, de producirse un accidente, empujaran «el torso de Walker hacia atrás con tanta fuerza que quebró sus costillas y la pelvis, manteniéndole atrapado en el asiento del pasajero en posición supina, en la que permaneció vivo hasta que el vehículo explotó un minuto y veinte segundos más tarde».
«De no presentar estos defectos el coche, Paul Walker seguiría vivo hoy», añadía.
No se ha podido contactar con Porsche a raíz de esta demanda, pero, en abril, abogados de la compañía declararon, como respuesta a otra demanda interpuesta por la viuda de Roger Rodas, que el culpable del accidente era el mismo Rodas. En esto les apoyan tanto el departamento del Sheriff de Los Ángeles como la Patrulla de Carretera de California, que aseguran que la causa del accidente no fueron problemas mecánicos, si no las velocidades peligrosas a las que Rodas conducía.
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