Los motivos más comunes por los que un preservativo puede desaparecer momentáneamente de nuestra vista durante el sexo son: usar una talla incorrecta (muchachos, esto es como ponerse leggings, hay que ser honestos y comprar la medida que somos), excesiva lubricación de cualesquiera de las partes o tener alma de gimnasta rusa y cambiar de posiciones sexuales de forma abrupta.
Cuando ocurren estos casos, el escenario menos lamentable es aquel donde los hechos se han consumado con éxito y, en el intermedio que uno usa para higienizarse o descansar, se da cuenta de que la indumentaria de látex de nuestro viril compañero está jugando a las escondidas. La otra cara de la penosa moneda se da cuando, sin haberse consumado los hechos en su totalidad, nos damos con la ingrata sorpresa de que el condón está perdido. En ambas situaciones, los pasos a seguir son:
1. Inspeccionar el campo de batalla: remover sábanas, manteles, alfombras o lo que sea que esté cubriendo la escena del crimen y verificar que el condón no esté por ahí.
2. Pedirle ayuda al caballero presente para que verifique si el preservativo se asoma aunque sea un poquito por tus balcones de celosía. En ese caso, retirarlo con delicadeza y con las manos limpias.
3. Si el paso 1 y 2 no culminan con éxito, lo tercero por hacer es ir al baño y pujar con entusiasmo para expulsar el profiláctico. Ya si esto no resulta y comprobamos que el escurridizo condón tiene síndrome de Estocolmo y no desea salir de nuestro ser, lo que toca es ir al médico.
¿Por qué un doctor y no nosotras mismas? Porque el ginecólogo usará un espéculo para tener una visión plena de la cavidad vaginal y así podrá retirar el preservativo en su totalidad y asegurarse de que no quede nada que pueda ocasionar posteriores malestares o infecciones.
Si nuestro único método anticonceptivo era justamente el condón perdido, es recomendable hacer uso de un anticonceptivo oral de emergencia (AOE), también conocido como la pastilla del día siguiente. El AOE tiene más de 35 años de vigencia y es reconocido y avalado por la Organización Mundial de la Salud.
¿Cómo actúa la pastilla?
Depende de tu ciclo menstrual, pero su acción farmacológica tiene dos únicas maneras de proceder:
1) Cuando la ovulación no se ha dado aún, la posterga o inhibe.
2) Cuando ya se dio: la pastilla dificulta la movilización de los espermatozoides y de esta forma evita que se unan al óvulo.