El pasado 6 de agosto se celebro el debate republicano en la cadena Fox, de entre todos los candidatos, los medios no dudaron en dar como ganadora a la única que no se presentaba, ¿adivinan? Sí, Megyn Kelly.
La moderadora del debate, única mujer de los tres periodistas encargados de hacerlo, fue férrea en sus preguntas con todos los participantes y especialmente dura contra Donald Trump, al que recordó que quizá no tenía el talante para ser presidente por haber llamado «cerdas, gordas y perras» a las mujeres que no le caen bien.
Las represalias por dejarlo en evidencia no se hicieron esperar, horas después entrevistaban telefónicamente a Trump por la CNN y éste acusó a Kelly de no ser «muy rigurosa ni muy inteligente» por cuestionarlo y después pronunció una frase que ya le ha valido ser expulsado de un evento conservador: «le brotaba sangre de los ojos, le brotaba sangre de… de donde sea». En un claro ataque machista, Trump quiso hacerse el ingenioso insinuando que Kelly tenía la regla y estuvo enajenada en el debate.
Aunque ella ha pasado de entrar al trapo («el señor Trump no se va a disculpar y yo, definitivamente, no me voy a disculpar por hacer buen periodismo», ha dicho), merece la pena recordar las claves que hacen de Megyn Kelly la figura periodística del momento:
Es independiente (políticamente hablando)
Así lo defiende en su titular de la portada del número de junio de Variety, donde Kelly se presenta como la nueva jefa de la tele. A sus 44 años, y tras pasar por varios programas, esta presentadora cuenta con su propio show (The Kelly File), un programa nocturno que ha conseguido encandilar al segmento joven de la población, tarea ardua para un canal conservador y diana de las burlas del sector progresista. Lleva años en la cadena, pero se ha erigido como figura clave en las presidenciales de 2016.
Lo ha conseguido tras sermonear a políticos republicanos a los que el resto de sus compañeros masajean sin miramientos. Al senador Rand Paul le reprendió por discutir solo con reporteras, arrinconó al gobernador republicano de Arkansas, Mike Huckabee, que dijo que era penoso ver cómo las mujeres maldecían y decían palabrotas en público. «Tengo noticias para ti: no sólo maldecimos, también bebemos, fumamos, practicamos sexo antes del matrimonio y a veces, mangoneamos a muchos hombres», le espetó en pleno directo. En 2012 se convirtió en viral después de pisotear verbalmente a Karl Rove (principal estratega de George Bush) en la noche electoral
Kelly es una figura controvertida en su canal y, según los analistas, un auténtico enigma para averiguar de qué pie cojea en lo político. Se alinea con los demócratas en derechos sociales y con los republicanos en lo económico. «He votado a sendos partidos», defiende en Variety, donde asegura que Hillary Clinton tiene todo su «respeto». Ella da un aviso para navegantes: «No entiendo a estos políticos que quieren ser presidentes y se quejan de las entrevistas duras. Si actúas como un estúpido idiota, te lo voy a recordar y a señalar». Parece que Donald Trump ya ha tomado nota.