Hace ya varios años que los científicos saben que el cerebro de la mujer y el del hombre funcionan de forma distinta en algunos aspectos. Y también que tanto el amor como el desamor pueden desencadenar una repuesta hormonal que ponga a todo el sistema «patas arriba»: si el enamoramiento puede ser una sinfonía de sensaciones agradables y pensamientos obsesivos, el desamor puede quemar, casi literalmente, como un metal incandescente puesto sobre la piel emocional, reseñó ABC.es
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Binghamton (Nueva York) y del University College (Londres) han hecho una nueva encuesta para bucear aún más en los efectos del desamor y la han publicado en la revista «Evolutionary Behavioural Sciences». Después de preguntarle a 5.705 personas acerca de lo que sentían tras la ruptura, concluyeron que las mujeres experimentan más dolor que los hombres, justo después de la separación, pero que luego son capaces de aprender y sobreponerse, mientras que ellos siguen adelante sin recuperarse.
Según ha explicado Craig Morris, investigador de antropología en Binghamton University y líder del estudio, estas diferencias tienen un fundamento biológico y casi económico: En términos simples, las mujeres evolucionaron para invertir mucho más que un hombre en una relación.
La patilla