Grandes mitos sobre los sismos

Cuando se busca información sobre sismos no siempre resolvemos las dudas con los datos más precisos que tengan verdadero rigor científico; en muchos casos, este tipo de información no es muy fácil de entender cuando el lenguaje utilizado es muy técnico y especializado. La complejidad de estos textos nos obliga a buscar fuentes que podamos entender y aquí hay un gran problema: pocos textos se apegan a bases científicas.

Este vacío de información de rigor se llena con rumores, mitos, creencias populares y suposiciones que están muy alejadas de la realidad pero se propagan viralmente porque son fáciles de entender cuyo único objetivo, dicho con toda claridad, es llegar a las masas aprovechando la ignorancia de las personas a quien van dirigidas.

“Tiembla más en temporada de lluvias”

Existe la creencia que hay un aumento de sismos sólo porque llueve; sin embargo, no tiene sustento pues los fenómenos hidrometeorológicos no se relacionan con la dinámica interna de la tierra. Al respecto, hay que tomar en cuenta lo siguiente: las zonas donde se originan la mayoría de sismos (límites entre placas tectónicas) se encuentran bajo los océanos; lluvias sobre territorio continental no poseen efectos en las zonas donde se producen sismos.

“Tiembla cuando hay nubes aborregadas”

Las nubes, al igual que las lluvias, forman parte de procesos hidrometeorológicos así que aplican los mismos principios explicados anteriormente.

mito sismos 29

“Va a temblar porque los perros han estado aullando”

Esto sí puede suceder pero cuando el sismo ya se produjo, no con días o semanas de anticipación: Perros, gatos y otros animales, poseen una mejor audición que el ser humano y son capaces de escuchar sonidos de bajas frecuencias que los humanos no podemos. En ocasiones, y generalmente sucede estando cerca del epicentro, algunos perros pueden escuchar la llegada de la onda P que se propaga al igual que el sonido; dicho en otras palabras, los perros pueden escuchar el sonido de cuando la roca se fracturó y por eso se ponen nerviosos.

mito sismos uno

“Cuando hay Luna roja hay sismos”

La coloración de la Luna se debe a que la atmósfera absorbe en mayor medida los colores azulados dando paso libre a los colores amarillos, naranjas y rojizos. Este efecto es muy notorio en cielos contaminados o con mucho polvo en suspensión; sucede frecuentemente cuando la luna está muy baja en el horizonte (hay más atmósfera entre la luna y el observador).

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En el caso de los eclipses la refracción de la atmósfera (como un lente) proyecta los colores hacia la superficie de la luna.

Coloración de la Luna durante un eclipse. La atmósfera de la Tierra absorbe el espectro azul de la luz del Sol dejando los espectros amarillos-rojizos que se refractan en la Luna.

“Qué bueno que está temblando leve porque así está liberando energía”

Este es uno de los mitos más recurrentes y la explicación probablemente no será de tu agrado.

El cálculo de las MAGNITUDES (con mayúsculas para que no se confundan con INTENSIDADES), que cuantifican la energía liberada por un sismo, tiene como base una fórmula logarítmica.

Un aumento de una magnitud a otra magnitud no equivale a sólo el incremento de una unidad respecto a la energía liberada sino a 32 veces la energía que liberó ese sismo; es decir, un sismo de magnitud 6 libera 32 veces más energía que un sismo de magnitud 5.

Para liberar la misma energía que un sismo de 9.5 se necesitan:

126 sismos de 8.1

2,818 sismos de 7.2

31,622,776 sismos de 4.5

“Hay más sismos últimamente”

No hay más sismos, pero sí se detectan más que antes. Las placas y fallas no estén incrementando su actividad, sólo existen más instrumentos alrededor del mundo que los detectan y también porque las nuevas tecnologías nos llevan la información de todo el mundo de una forma mucho más rápida como las mismas redes sociales.

Si nos apropiamos del conocimiento buscando la mejor información evitaremos que se propaguen rumores, seremos una sociedad verdaderamente preparada en Protección Civil y podremos salvar muchas más vidas.

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