El actor Gael García Bernal habla con Efe mientras rueda Neruda, a punto de estrenar Ardor, y, como buen mexicano, disgustado con las palabras xenófobas de Donald Trump, las despacha diciendo: No gastemos tiempo en un imbécil.
Ardor, la película que llegará a los cines de Estados Unidos el próximo 19 de julio, puede ser entendida como una síntesis de las inquietudes sociales y cinematográficas de García Bernal: es arriesgada, está dirigida por un cineasta joven (el argentino Pablo Fendrik), tiene una temática social y ecológica y él mismo la produce y protagoniza.
Es una experiencia más que en una historia. Es un juego muy cinematográfico, se inspira mucho en el western y lo transpone en una situación actual, en la selva, un lugar sin ley, de oportunidades, donde sucede una batalla de la ambición productiva, materialista, capitalista, por ponerle un nombre más escalofriante, resume el actor de Amores perros y Babel.
En Ardor, presentada en el Festival de Cannes, García Bernal interpreta a Kai, una suerte de chamán, una especie de ente extraño, que nace de la selva y que de alguna forma sabe defenderse. Sabe poner los recursos de la selva a su favor para defender el entorno pequeño y frágil de una familia que vive en el bosque, describe.
Agencias