La princesa Carlota, cuarta en el orden de sucesión al trono británico, fue bautizada este domingo en una ceremonia privada en la iglesia Santa María Magdalena de Sandringham (este de Inglaterra), en presencia de 21 invitados entre los cuales estaba la reina.
Por primera vez, el príncipe Guillermo, de 32 años, su esposa Catalina, de 33, el príncipe Jorge, quien cumplirá 2 años el 22 de julio, y su hermana pequeña, nacida hace nueve semanas, aparecieron juntos en público, trasladándose a pie hasta la iglesia desde su residencia de Anmer Hall, ubicada en la propiedad real de Sandringham (Norfolk/este de Inglaterra).
Carlota llegó en un cochecito de época que fuera utilizado por la reina para trasladar a sus propios hijos, que era empujado por su madre Catalina, vestida para la ocasión con un conjunto color crema de Alexander McQueen. Junto a ellas, Guillermo tenía de la mano al pequeño príncipe Jorge, que lucía unas bermudas rojas y un polo blanco con detalles también en rojo.
Se trata de la segunda vez que Carlota Isabel Diana aparece en público, tras su presentación ante los medios de comunicación internacionales, el mismo día de su nacimiento, el 2 de mayo, frente al hospital St Mary.
La reina, de 89 años, y su marido, el príncipe Felipe, de 94, bisabuelos de Carlota, estaban entre los 21 invitados, al igual que el príncipe Carlos, abuelo paterno, y su mujer Camilla. Los abuelos maternos, Carole y Michael Middleton, también asistieron al evento, al igual que el hermano y la hermana de Kate, James y Pippa.
En viaje por tres meses en África, el príncipe Enrique, tío de Carlota, estuvo ausente.
El primer ministro David Cameron tuiteó sus mejores deseos para los duques de Cambridge por el bautismo de la princesa Carlota.
Guillermo y Kate eligieron cinco padrinos y madrinas para Carlota, entre los que figuran una prima de Guillermo por el lado materno, Laura Fellowes, y un primo de Kate, Adam Middleton. Los otros tres son amigos íntimos de la pareja. En el bautismo de Jorge fueron siete.
Conforme a la tradición, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, jefe espiritual de los anglicanos, bautizó a la niña virtiendo sobre su cabeza por tres veces agua del río Jordán.
Agencias