Seguidores y miembros de una firma ferroviaria japonesa con problemas financieros recordaron el domingo a su estrella felina, Tama la jefe de estación, a la que rindieron tributo como diosa en un funeral.
La gata multicolor fue nombrada jefe de estación en 2007 de la estación de Kishi, en el oeste de Japón. Con su chaqueta y su sombrero hechos a medida, se sentaba tranquila en el control de billetes, recibiendo y despidiendo a los pasajeros. No tardó en atraer turistas y ganar fama internacional, lo que ayudó a la empresa de tren y a la economía local.
Durante su funeral sintoísta en la estación donde vivía, la gata fue homenajeada como diosa.
El presidente de Wakayama Electric Railway, Mitsunobu Kojima, dio las gracias al felino por sus logros, y dijo que sería incorporada a un santuario de gatos cercano el mes próximo.
Antes de la llegada de Tama, la línea local de Kishigawa estaba casi en bancarrota, y la estación no tenía personal porque había perdido a su último empleado.
Al principio, dijo Kojima, nombrar a Tama jefe de estación era una excusa para que la gata pudiera quedarse en el lugar.
El resto, dijo, fue un milagro, y la historia de éxito dio esperanza a docenas de pequeñas líneas ferroviarias pequeñas.
El presidente de la compañía estimó que el felino contribuyó con unos mil 100 millones de yenes (unos 8.9 millones de dólares) a la economía local.
Le sucederá otra gata multicolor, Nitama, que ahora es aprendiz de jefe de estación.
Agencias