Hay muchos modelos educativos y muchos estilos de educar a los hijos, y es que es algo muy íntimo que toda pareja debe hablar y acordar para poder educar siempre en la misma línea a sus pequeños.
Muchos de estos estilos educativos tienen presente los castigos como protagonista. Las consecuencias, en mi opinión, son más adecuadas que los castigos para poder conseguir buenos resultados a largo plazo.
Recuerda las consecuencias
Con los castigos, consigues resultados a corto plazo y la mayoría de las veces es para mitigar una frustración como adulto que no se sabe canalizar bien. Con las consecuencias son los niños quienes podrán conseguir gracias a tu ayuda a corregir las conductas indeseadas anticipando qué ocurrirá y sabiendo qué se espera de ellos.
Serían los pequeños que de forma reflexiva y sobre todo autonóma, quienes podrían saber qué conducta es correcta y cómo llevarla a cabo, teniendo por tanto unos mejores resultados a largo plazo y que se quedarán perennemente en la conducta del pequeño.
Cuando mi hijo se porta mal
El mal comportamiento que tienen algunos chicos y chicas hace que la sociedad se plantee si realmente lo estamos haciendo bien, es decir, si la educación que reciben por nuestra parte (padres, profesores, sociedad en general) les sirve.
Y es que para muchos padres los castigos son totalmente ineficaces, pero ¿por qué? Habría que preguntarse algo muy importante: ¿Educar a un niño implica castigarle de forma sistemática? Mi respuesta es un rotundo no, sobre todo cuando estos castigos son negativos y además no se tienen en cuenta las consecuencias.
Porque pensemos algo, el problema de la educación actual, ¿dónde reside? ¿en los niños o en los adultos que les imparten esa educación?
el-castigo-en-los-hijos-2.jpg COMSTOCK/STOCKBYTE/THINKSTOCK
Estilo educativo con castigo
A pesar de saber todo esto, hay padres que opinan que el castigo sí es efectivo, pero para que sea efectivo debe ir siempre acompañado de una serie de pautas. Además de ir acompañado siempre de las tan importantes consecuencias que debe saber el niño de antemano.
Estas son las pautas:
Debes ser objetivo ante la situación
Debes tener una actitud firme
Explícale a tu hijo por qué le castigas
Debes ser consistente
Desaprueba la conducta y explica por qué lo haces
Aprender a decir no a tu hijo cuando es necesario
Controlar las emociones y entender las de tu hijo
Usa el castigo siempre combinado con técnicas positivas
Jamás pierdas la paciencia
Debes estar de acuerdo con tu pareja en el estilo educativo y seguir los dos siempre por el mismo camino.
Debes recordar que si quieres aplicar un castigo a un niño mayor de cinco o seis años, debes hacer una pausa antes de castigarle para explicarle que son las consecuencias de su mala conducta. Para ello debes ser coherente y sobre todo, consistente.
Tienes que cumplir tu palabra o perderás autoridad. Además es importante que tu hijo sepa que haces lo que dices y por qué haces lo que dices. Esto no deja exento segundas oportunidades o el perdón.
Es imprescindible que nunca le amenaces con castigos imposibles porque él sabrá que tu palabra no tiene valor, igual pasa con los castigos desmesurados.
A medida que vaya creciendo debe tener más independencia y responsabilidad y por eso es tan importante que asuma las consecuencias de su comportamiento.