Disneyland es el lugar más feliz del mundo, o al menos eso dicen sus creadores. No obstante, actualmente visitar este centro de felicidad resulta mucho más caro que cuando fue construido hace 40 años.
En EE.UU. el costo de los alimentos, los servicios de salud pública y otras necesidades aumenta continuamente, mientras que los salarios siguen estando estancados. También se encarece el ocio, que en algunos casos se ha convertido en un lujo inalcanzable para los ciudadanos comunes. Por ejemplo, desde 1971 el precio de una entrada a Disneyland ha aumentado el 2.900%. Actualmente, visitar ‘el lugar más feliz del mundo’ se ha convertido en un privilegio del cual pueden disfrutar solo los ricos, reza un artículo de zerohedge.com.
Es una realidad que los ingresos reales de la población estadounidense están cayendo. Según las estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo de EE.UU., en los términos anuales el salario del 80% de los trabajadores empleados en el sector manufacturero prácticamente no aumenta. Actualmente ha llegado a su nivel más bajo desde el inicio de la crisis desatada por la quiebra de Lehman Brothers en 2008, que catalizó la propagación de la crisis financiera fuera del país norteamericano. Para una de las mayores economías del mundo, que depende del gasto de los consumidores en un 70%, esta es una tendencia muy preocupante.
Mientras tanto, los economistas estadounidenses Betsey Stevenson y Justin Wolfers opinan que el nivel de felicidad depende del nivel de ingresos. En términos generales, cuanto más dinero se tiene, más feliz se es. Por otra parte, en la definición de la felicidad desempeña un papel importante el posicionamiento de sus ingresos: uno es más feliz si no compara sus propios ingresos con los de otras personas.