Cada año disfrutamos de nuestro árbol, la corona, el nacimiento, pero nunca nos preguntamos el por qué de estos y no de otros adornos.
Esferas. Las esferas que cuelgas todos los años del árbol recuerdan a las manzanas que pendían de los árboles sagrados, con el fin de que estos regresarán un poco de su magia a la fecundidad de la tierra. Es por eso que el rojo se asocia con la Navidad.
Color de las esferas. Años después los colores de las esferas comenzaron a tener nuevos significados: dones que Dios da a los hombres. Las azules, el arrepentimiento; rojas, peticiones; doradas, alabanzas y plateadas, agradecimiento.
Campanas. Tan emblemáticas son que hasta canciones hay en su honor, y eran usadas para representar la alegría que representa la llegada de Navidad, Año Nuevo y el Nacimiento del Niño Dios.
Velas. Representan esperanza, son mayormente usadas para recibir el Año Nuevo pues con ellas se espera la llegada de salud, dinero, amor y trabajo.
Piñas. Aquellas con que decoramos el árbol y los centros de mesa significan dos cosas: por un lado su forma representa secreto y unidad familiar; y por el otro, esperanza e inmortalidad.
Corona. Significan poder, su forma representa la eternidad y su color verde: vida.
Árbol. Los germanos celebraban el solsticio de invierno decorando y bailando alrededor de un roble. La raíz emulaba el infierno y la copa el cielo.
Estrella. Representa la fe que guía la vida de cada uno de nosotros, por eso muchas familias tienen la costumbre de dejar al miembro líder de su familia que la ponga.
Moños. Simbolizan la unión familiar y como están presentes alrededor de los dones que tenemos (esferas).
Angelitos. Son mensajeros que en estas épocas están entre nosotros, encargados de la protección.
Luces. Sin importar su color tiene el objetivo de iluminar nuestro camino.
Nacimiento. Aunque a pesar de que representa la llegada del niño Jesús, también representa la llegada de cosas nuevas a nuestra vida, cambios que nos dan la oportunidad de ‘volver a nacer’ bajo mucho amor y sabiduría.
