Oficiales de la Policía de Reino Unido pasaron más de 45 minutos hablando con dos hermanos de cuatro y seis años de edad debido a que uno de sus vecinos los denunció por jugar en la calle.
Cuando la Policía llegó a la casa de los niños, preguntaron a los padres si los infantes podían alejarse un poco de la zona, a lo que estos respondieron que no, debido a que en ese lugar era fácil vigilarlos.
Finalmente no realizaron otra acción. Sin embargo, los pequeños se quedaron asustados luego de dicha situación.
Según la madre de los niños , estos no estaban haciendo ruido ni se comportaban negativamente. «Sólo jugaban como lo que son, niños», mencionó al diario británico «Mirror».
Por su parte, los oficiales indicaron que la comunidad debe conocer las quejas de los vecinos y escuchar cualquier inquietud que tengan.
Agencias