Los calambres o espasmos musculares se producen cuando un músculo o se contrae involuntariamente, el cual se vuelve rígido provocando dolor y molestias. Suelen ocasionarse en la noche mientras dormimos o durante y después de realizar ejercicio físico. Sus causas pueden ser varias, desde fatiga muscular, falta de minerales y vitaminas en la dieta hasta malas posturas corporales.
Además de saber tratarlos adecuadamente, es importante conocer algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a prevenir los calambres musculares.
Llevar una vida sedentaria y no realizar ningún tipo actividad física es una de las principales causas de la aparición de los calambres musculares. De hecho, las personas que no realizan ejercicio en su rutina diaria son propensas a sufrir espasmos musculares con mayor frecuencia. Es por ello que practicar deporte o seguir una rutina regular de ejercicio físico te ayudará a prevenirlos y, además, gozar de un mejor estado de salud en todo momento.
Paso 2 de 6 -Aún así, también es cierto que los calambres musculares se producen regularmente durante o después de la práctica de ejercicio físico, lo que puede ser debido a ejercicios prolongados o a una sobrecarga del músculo. En este sentido, hay determinadas prácticas que podemos llevar a cabo para prevenir los calambres musculares en las sesiones de entrenamiento:
– Preparar los músculos de nuestro cuerpo haciendo un buen calentamiento antes de iniciar el ejercicio, así como realizar ejercicios de estiramientos al finalizar, nos ayudará a prevenir los espasmos musculares.
– Aumentar la intensidad del ejercicio progresivamente y de forma gradual. Es fundamental también no ejercitar el cuerpo hasta llegar a un estado de agotamiento máximo.
– Evitar la práctica de actividad física cuando las temperaturas son extramadamente altas o bajas.
Aún así, también es cierto que los calambres musculares se producen regularmente durante o después de la práctica de ejercicio físico, lo que puede ser debido a ejercicios prolongados o a una sobrecarga del músculo. En este sentido, hay determinadas prácticas que podemos llevar a cabo para prevenir los calambres musculares en las sesiones de entrenamiento:
– Preparar los músculos de nuestro cuerpo haciendo un buen calentamiento antes de iniciar el ejercicio, así como realizar ejercicios de estiramientos al finalizar, nos ayudará a prevenir los espasmos musculares.
– Aumentar la intensidad del ejercicio progresivamente y de forma gradual. Es fundamental también no ejercitar el cuerpo hasta llegar a un estado de agotamiento máximo.
– Evitar la práctica de actividad física cuando las temperaturas son extramadamente altas o bajas.
Otra de las causas más comunes de los calambres musculares es la pérdida de líquidos y sales minerales del organismo. Por ello, es imprescindible mantenerse bien hidratado a lo largo de todo el día. No olvides consumir la cantidad de agua diaria recomendada (2 litros) Y, sobre todo, hidratarte con abundante agua y bebidas isotónicas al realizar deporte y ejercicio.
Paso 4 de 6 -Cuidar tu alimentación es también un factor clave en la prevención de los calambres musculares, pues su aparición recurrente puede deberse a una falta de minerales como el potasio, magnesio o sodio en la dieta. Estos minerales son esenciales para mantener nuestros músculos en buena forma y regular la distribución del agua en el organismo.
Procura incluir en tu dieta diaria alimentos ricos en potasio como el plátano, las legumbres, los vegetales de hoja verde y los frutos secos; y ricos en magnesio como el arroz integral, la soja, las judías secas, el salvado de trigo o de avena, las semillas de girasol, etc. También es bueno consumir alimentos con un alto contenido en vitaminas C, D y E.
Cuidar tu alimentación es también un factor clave en la prevención de los calambres musculares, pues su aparición recurrente puede deberse a una falta de minerales como el potasio, magnesio o sodio en la dieta. Estos minerales son esenciales para mantener nuestros músculos en buena forma y regular la distribución del agua en el organismo.
Procura incluir en tu dieta diaria alimentos ricos en potasio como el plátano, las legumbres, los vegetales de hoja verde y los frutos secos; y ricos en magnesio como el arroz integral, la soja, las judías secas, el salvado de trigo o de avena, las semillas de girasol, etc. También es bueno consumir alimentos con un alto contenido en vitaminas C, D y E.
A la hora de dormir, intenta no adoptar malas posturas. Permanecer mucho tiempo con una mala postura corporal puede implicar contracciones en los músculos que den lugar a la aparición de calambres musculares nocturnos. Esta condición también se da en mujeres que abusan del uso de zapatos de tacón alto en su día a día.
Paso 6 de 6 -Por último, una buena forma de prevenir los espasmos musculares es mediante la realización de masajes relajantes musculares en aquellas zonas del cuerpo en las que los solemos padecer. El resultado será excelente si acudimos a un buen fisioterapeuta, aunque también podemos probar a hacerlos nosotros mismos si es posible.
Por último, una buena forma de prevenir los espasmos musculares es mediante la realización de masajes relajantes musculares en aquellas zonas del cuerpo en las que los solemos padecer. El resultado será excelente si acudimos a un buen fisioterapeuta, aunque también podemos probar a hacerlos nosotros mismos si es posible.